Ranchos de Ánimas, Ranchos de Pascua
Artículo
- Isla: Gran Canaria
- Tipo de elemento: Artículo
- Autoría: Antonio Betancor
- Fecha: Noviembre 2022
Los Ranchos de Ánimas y su actividad son una reliquia folklórica que, teniendo carácter religioso, fueron prohibidos en las iglesias en los años 40 del siglo pasado, lo que propició la desaparición de muchos de ellos. Los que perviven en Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura, a los que se han incorporado las mujeres, mantienen este legado generacional que dignifica al riquísimo tesoro musical de las islas.
«¿Aquí se canta o se reza?»
Una pregunta que hace el ranchero mayor de los Ranchos de Ánimas desde el 1 de noviembre hasta el 2 de febrero en las casas donde han solicitado su presencia. Si se canta es para pedir por las almas que están en el purgatorio esperando alcanzar la gloria. Se recauda dinero o alimentos para pagar misas por ellas. Si se reza, es para pedir sanación para los enfermos o para dar gracias por algún bien recibido tras realizar una promesa.
El canto lastimero y monótono sobre la vida y obra de Cristo y la vida y hechos del difunto, salen improvisadamente de la voz del cantador de alante, que repite el coro, y se acompañan de instrumentos variados como panderos, espadas, triángulos… a los que se han ido añadiendo: guitarras, violines, castañuelas, laúdes y timples.
Los Ranchos de Pascua, como bien reza su denominación, solo cantan en fechas de Navidad. No existe gran diferencia con los Ranchos de Ánimas. Sus componentes, la mayoría, también lo son de los de Ánimas, y sus cantos igualmente improvisados por el cantador de alante, reciben contestación el coro.
Su actividad se desarrolla en las iglesias, concretamente desde el 14 de diciembre hasta el 6 de enero. Ocupan el coro del templo en el novenario próximo a la Navidad, en las llamadas misas de la Luz, con un repertorio relativo a los misterios evangélicos: Genealogía de la Virgen; Desposorios con San José; La Anunciación; Las dudas de San José… Y cantos gozosos de la Pascua de Navidad y el Nacimiento. El día de Nochebuena bajan del coro y cantan al niño en los alrededores del altar, donde se procede al llamado «besapiés». La alegría por el nacimiento del Redentor se prolonga en año nuevo y concluye con la Adoración de Los Reyes.
Como ocurriera con los Ranchos de Ánimas, la prohibición a desarrollar su actividad en las iglesias motivó la desaparición de muchos de éstos Ranchos de Pascua. Algo incomprensible, puesto que uno y otro llegaron a ser dependientes de la propia Iglesia y era el Obispo quien nombraba a los mayordomos o rancheros. Sin embargo, en 1947, el Obispo de la Diócesis de Canarias, Antonio Pildáin, a través del Sínodo de 1947, ordenaba: «Queda prohibido siempre, y en especial en las misas de la Luz, el uso de instrumentos fragosos como panderetas, guitarras, bandurrias, etc., así como el ejecutar el órgano o armónium, piezas profanas, cantos populares».